lunes, 9 de octubre de 2017

CONIAF PRESENTA MANUAL DE FORMACIÓN PARA APLICADORES Y DISTRIBUIDORES DE PLAGUICIDAS

(Discurso de presentación del Manual a cargo 
del Director del Coniaf, Ing. Juan Chávez Vargas)
SANTO DOMINGO, D. N., 18 septiembre 2017. El Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF) fue instituido mediante la Ley 251-12, en procura de lograr un desarrollo integral del sector agropecuario, por lo que debe ser catalizador de la sostenibilidad, competitividad, equidad y seguridad alimentaria, mediante la articulación de esfuerzos y coordinación de acciones de todas las instituciones y organizaciones que trabajan en la producción de conocimientos y tecnologías en el sector. De manera específica, el articulo 7, referente a las atribuciones del CONIAF, en su Numeral 14 nos instruye a “Promover el desarrollo de capacidades en servicios de aquellas áreas prioritarias en el sector. Además de realizar foros y mesas de discusión sobre temas relevantes que afectan el desarrollo del sector agropecuario y forestal”.
Foto 1. Vista de la mesa principal. De izquierda a derecha: Dr. Modesto Reyes, Decano Agronomía UASD, Dr. Jesús de los Santos, Director Ejecutivo REDDOM, Ing. Modesto Chávez, Msc, Dr. Iván Grullón, Rector UASD, Regis Batista, Representante de Negocios, Embajada de Cánada, Julio Lee, Representante de AFIPA, Ing. José Moreta, ADIA; y Amilcar Romero, Sernador Provincia Duarte.
El CONIAF, junto a las instituciones socias en este proyecto académico, desea agradecer a: El gobierno local de NEW BRUNSWICK, NEW FOUNDLAND  Y LABRADOR, Departamento de Medio Ambiente y Trabajo de NOVA SCOTIA y la isla PRINCE EDWARDS, en CANADA, y al Grupo de Trabajo del Atlántico para la Educación de Manejo de Plagas y Formación en Normas,  por habernos permitido traducir y adaptar este material a las condiciones y leyes de la República Dominicana.

La importancia económica de la industria de los plaguicidas en el mundo es sencillamente incuestionable, basta señalar que  las ventas mundiales de las 20 principales compañías productoras sobrepasaron los cinco millones de toneladas y que su facturación ascendió a US$ 21, 000 millones a inicios de la década de los 90 (Consejo de Salud Ocupacional, 1994). Para el 2011 el crecimiento fue de 18% según un reporte preliminar de la firma de consultoría Phillips McDougall rodeando los US$ 25,000 millones. En el 2015 la FAO y la OMC  también ratifican  que el uso de plaguicidas ha crecido sostenidamente en las últimas tres décadas. Los datos de la industria indican que el tamaño del mercado mundial de plaguicidas se ha duplicado en los últimos 15 años y para el 2016, solo en EEUU, a pesar de existir una fuerte estructura de regulación del uso y manejo, las ventas de plaguicidas superaron los 50, 000 millones de dólares.  
Foto 2. Parte del público que asistió a la puesta en circulación del Manual de Formación para Aplicadores y Distribuidores de Plaguicidas en la República Dominicana.
Con el uso de plaguicidas tenemos beneficios directos  e indirectos. Por ejemplo, el efecto del plaguicida que actúa controlando la población de una plaga que se  alimentan de las partes vegetal de un cultivo trae el  beneficio directo de  mayores rendimientos y mejor calidad exportable de lo cosechado. Los beneficios indirectos son los menos inmediatos o menos obvios. Por ejemplo, un mayor rendimiento del cultivo tratado podría traer ingresos adicionales que se podrían aportar en la educación de los niños o la atención médica, lo que se traduce en una población mejor educada y saludable.

En el otro extremo, hay que reconocer que el uso, y en especial el mal uso de estas sustancias, podría producir secuelas colaterales adversas, muchas veces de carácter irreversible, tanto en el ser humano como al ambiente. El fenómeno es especialmente grave en los países en desarrollo, donde por diversos motivos estos productos no se utilizan de manera adecuada (Arauz et all; 1983 y Castillo, W. 1992).   La FAO (2017) reiteradamente alerta sobre los efectos nocivos que pueden tener los plaguicida en los casi cien millones de niños que se estima trabajan en la agricultura en el mundo y apunta que, aunque el trabajo infantil ha disminuido de manera significativa en los últimos años, la agricultura sigue siendo el sector con  la mayor cantidad de trabajadores infantiles (un 60 %), además de ser uno de los  más peligrosos.
Por otra parte, para eficientizar y mantener los niveles de exportaciones de productos agroalimentarios hacia Los Estados Unidos de Norte América, República Dominicana debe fortalecer los procesos de inocuidad agroalimentaria tomando como base, entre otras, las nuevas normas de Controles Preventivos de los Alimentos para Consumo Humano, detallados en la Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos de la FDA (Food Safety Modernization Act, FSMA).  Esta nueva ley ya es definitiva, por lo cual es mandatorio que el país se avoque a ir capacitando a toda la cadena de valor, ya que la no adecuación oportuna a esta nueva ley, conllevaría a un colapso de nuestras exportaciones hacia EEUU, nuestro principal socio comercial.  Se debe discutir, además, las 7 principales iniciativas emblemáticas  que forman parte de la estrategia Europa 2020 y especial la adopción de la economía circular o bio-economia para contrarrestar el impacto del cambio climático, con su consecuente impacto en  los niveles y presencia de plagas y enfermedades.

El desafío global que representa el incremento poblacional en 2,300 millones de personas al 2050, y el local caracterizado por el hecho de que República Dominicana y Haiti que estaban proyectados a lograr 25,000,000 de habitantes para el 2050 y en proyecciones reciente la CEPAL indica que este número se lograra al 2030 y el Cambio climático dictan: que el  sector agropecuario de Republica Dominicana no puede seguir accionando, de espaldas a la tendencia mundial de tratar de obtener los rendimientos potenciales de las variedades,  protegiendo, al mismo tiempo, la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos de  aplicaciones incorrectas de plaguicidas. Vale puntualizar que en Latinoamérica y el Caribe solo Brasil, Argentina, Chile y Méjico obtienen los rendimientos potenciales de las variedades de sus productos cadenas, lo que no sorprende por ser estos países los líderes regionales en asignación de presupuesto para investigación y desarrollo.   

Ya  en 1947, EEUU   decreto una Ley Federal de Insecticidas, Fungicidas y Rodenticidas, FIPRA, ("Federal Insecticide, Fungicide, and Rodenticide Act"),  administrada por la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA), para reglamentar el etiquetado, distribución, venta, transportación, almacenamiento, manejo, aplicación y eliminación de los plaguicidas. En la reglamentación, nace en casi todos los estados de EEUU una estructura manejada por la EPA en algunos estados y el Ministerios de agricultura (con un mandato de la EPA) en la mayoría de estos. Dicha estructura es la responsable de ensamblar los procesos de capacitación en las diferentes categorías para los diferentes subsectores (Agrícola, Distribución, Ornamentales y Césped, Plantas acuáticas, Estructuras y Residencias, Invernaderos, Mosquitos y Moscas que muerden y Foresta. Estas categorías variaran mínimamente de estado a estado.

La estructura regulatoria, es  responsable de otorgar las licencias de: Registro, Comercialización,  Aplicaciones comerciales, Aplicaciones privadas, Transporte, distribución, seguimiento,  y fiscalización del proceso de educación.


Con este Manual de Formación para Aplicadores y Distribuidores de Plaguicidas en Agricultura, que hoy entregamos, se sientan las bases para  iniciar un proceso de formación y certificación  de aplicadores y distribuidores con el apoyo de varias instituciones comprometidas con la salud y el medio ambiente, tales como:  La UASD, AFIPA, REDDOM, La JAD, y la ADIA.  

Foto 3: Juan Chávez entrega primer manual al Rector y Decano de la UASD, institución encargada de dirigir el programa de capacitación. 


Qué se busca?
1.   Disminuir las perdidas por devoluciones de exportaciones agrícolas de productos de origen dominicano.
2.    Disminuir los casos de intoxicaciones y muertes accidentales por el mal uso de plaguicidas
3.    Suplir la demanda de recursos humanos capacitados en esta materia.
4.    Crear las bases para implementar  un sistema de formación y certificación en registro, distribución, uso y manejo de plaguicidas en todo el territorio nacional.
5.    Contribuir con la  conformación en el país un sistema de buenas prácticas en el  uso y manejo de plaguicidas, incrementando los niveles de innocuidad  y por ende competitividad de los productos  dominicanos de origen agropecuario.
6.    Incrementar la demanda internacional de productos agroalimentarios de origen Dominicano;
7.     Incrementar la productividad de los trabajadores del sector y disminuir los excedentes de plaguicidas a nivel de finca.
8.    Dar los primeros pasos para conformar una estructura pública responsable de fiscalizar las importaciones, el comercio y aplicación de los plaguicidas en República Dominicana.

9.    Reducir los casos reportados  relacionados a accidentes con plaguicidas;

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