Por: Arturo Bisonó, i. a.
(artubiso@gmail.com)
La Agronomía como
profesión remonta a mediados del siglo XIX, que no es mucho tiempo en cualquier
contexto, pero en el panorama global y nacional han ocurrido muchas cosas. Los
conceptos han evolucionado, la información y el mercado se han globalizado.
La agronomía y sus
profesionales han transformado al planeta y, además de proporcionar nuevas
técnicas para producir más alimentos, combustibles y fibras, sus aportes han
tenido profundos efectos sobre condiciones esenciales para la salud y bienestar
humano, como calidad y disponibilidad de agua, composición atmosférica,
biodiversidad, temperatura y precipitación. Con respecto a los gases con efecto
invernadero, ciertos métodos agronómicos como deforestación y el uso de ciertos
fertilizantes son responsables de alrededor del 20% de las emisiones del GEI
(gas efecto invernadero). En algunos casos estas prácticas son insostenibles,
utilizando los recursos del suelo y agua mucho más rápido de su capacidad de
recuperación, y requiere de una renovación de técnicas más sostenibles de parte
de los profesionales agrarios.
La comunidad científica
ha tomado conciencia de que la población del mundo se expande con rapidez,
aumentando su demanda por cantidad de alimentos y otros productos y bienes
generados por la agricultura. Muchos desequilibrios han desaparecido, pero
otros se han acentuado. Ha crecido la conciencia ambiental y se ha
perfeccionado el concepto de sustentabilidad. No se trata solo de producir
alimentos con urgencia inmediata, sino de resguardar el derecho a la vida y
prosperidad de las generaciones futuras. Disminuye los suelos cultivables en el
mundo, se afecta la biodiversidad, se teme a la escasez de agua, el cambio
climático es una realidad cercana.
Se ha comprendido
que el fertilizante nitrogenado es una necesidad indispensable como insumo para
la producción agrícola, pero que debe ser usado con moderación y racionalidad.
Los combustibles fósiles, finitos por definición, se han encarecido y
transformado en riesgo ambiental por el potencial contaminante de sus
emisiones. La humanidad está sobre-utilizando y deteriorando los recursos del
planeta tierra.
A través de los
avances tecnológicos nos damos cuenta de la existencia de variabilidad en los
suelos cultivables, esto requiere el uso de nuevas tecnologías como GPS, DGPS,
sensores, satélites, e imágenes satelitales, y herramientas de manejo de la
información (GIS) para con esto aumentar la productividad y bajar los costos,
tomando mejores decisiones con la información generada por las tecnologías
antes mencionadas.
Aumentar sustentablemente
la producción de alimentos es función de la agronomía. En esta dirección la
biotecnología ofrece soluciones valiosísimas a través de la ingeniería genética.
En fin, vivimos una
realidad desafiante como ingenieros agrónomos y dichosos los que tenemos la
suerte de pertenecer a esta generación que va a dirigir y orquestar los grandes
cambios de la agricultura dominicana y el mundo.
Feliz “Día del Agrónomo” colegas!!! En Hora
Buena...
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