jueves, 20 de marzo de 2014

RECONVERSION AGROPECUARIA EN REPUBLICA DOMINICANA


Por: Ing. Juan Modesto Chávez., MSc.   
Director Ejecutivo del CONIAF
(jchavez6029@gmail.com)


El concepto de la reconversión productiva agropecuaria ha sido investigado y desarrollado a lo largo de los años por diversos expertos, quienes han planteado distintos enfoques. En la década de los 60s, fue definida como el proceso de aplicar nuevos conocimientos científicos a los factores de producción con el objetivo de hacer del sector agropecuario uno de los más dinámicos  de la economía. La reconversión productiva agropecuaria se define como  el cambio o transformación voluntaria hacia una producción agropecuaria diferente a la actual; busca  innovar y agregar valor a la producción mediante la utilización de sistemas tecnológicos eficientes en toda la cadena productiva. En la actualidad, otros la  definen como un  intento por adaptar la producción a las condiciones del entorno competitivo nacional e internacional, con el objetivo de que los productos incursionen con éxito en los mercados, que consoliden su presencia en ellos y la amplíen.

En Latinoamérica, se han dado distintas experiencias de políticas para la reconversión productiva, lo que indica  que en la región hay conciencia sobre la necesidad de acciones orientadas hacia la modernización del sector. Para citar sólo algunos ejemplos, en Costa Rica se cuenta con el Programa de Reconversión Productiva, en Argentina existe un Programa Federal de Reconversión Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria -Cambio Rural, y en México está el Programa Integral de Reconversión. En el caso específico de Chile la política está más enfocada hacia el tema de la modernización de la agricultura, existiendo una política diferenciada de apoyo a la Agricultura Familiar Campesina.

Así define la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Méjico (2004) los tipos de conversiones y reconversiones productivas:
a. Conversión de cultivos: introducción o establecimiento de un cultivo  o especie alternativa  con  mejor adaptación agroecológica  y con mayor  competitividad.
b. Cambios tecnológicos: Conjunto de adecuaciones o ajustes a corto plazo realizados a la tecnología dentro de las especies o cultivos establecidos  en un área con el objetivo de mejorar productividad, competitividad y sustentabilidad.
c. Reconversión Productiva: Cambio de la actividad  agropecuaria o Forestal  buscando aprovechar la actitud potencial del área o sitio con un uso optimo del suelo.
d. Recuperación de zonas degradada: Conjunto de actividades tendentes a la rehabilitación de un ecosistema degradado, para recuperar  las funciones originales del mismo y mantener las condiciones  que propicien su persistencia  y evolución.

La reconversión productiva del sector agroalimentario de Republica Dominicana  se presenta como una alternativa para enfrentar exitosamente el proceso de apertura comercial a nivel multilateral, regional y bilateral. Esta apertura plantea dos retos: la competencia en el mercado doméstico con aquellas importaciones a las cuales se le han concedido  preferencias arancelarias o más competitivas y el aprovechamiento del acceso a mercados externos con productos de calidad, con valor agregado y a precios competitivos.

En la mayoría de nuestras áreas de producción, la reconversión debe estar anclada en la aplicación de tecnologías generadas o validadas y ajustadas a nuestras condiciones, siempre y cuando los resultados hayan mostrado el potencial que tienen para incrementar la productividad, lo que contribuiría con la seguridad alimentaria nacional y a garantizar el acceso a mercados internacionales. Un ejemplo práctico lo constituyen más de treinta (30) productos tecnológicos que se han generado, validados y o ajustados en el Sistema Nacional de Investigación Agropecuaria y Forestales (SINIAF), los cuales están disponibles para su uso.  Aquí mencionamos algunos:

Seis (6) validaciones y ajustes tecnológicos financiados y supervisados  por el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF) y ejecutada por el Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), en variedades introducidas de  yuca Valencia, CM6921 y TAI 8, en Santiago Rodríguez, Mao Valverde, Espaillat  y La Vega Real,   con rendimientos promedios de alrededor 30 quintales por tarea (una tarea equivale a 629 m2), en el caso de la primera (Valencia) con características deseadas para el mercado de exportación. La variedad  CM6921, conocida en la zona de Santiago Rodríguez como Lima 21, posee alta tolerancia a plagas y enfermedades, prospera bien en terrenos accidentados, tolera bien periodos cortos de sequia y sobre todo se puede consumir en fresco y para la producción de casabe.  Los rendimientos de estas variedades triplican el promedio obtenido por las variedades tradicionalmente cultivadas en esas áreas.

En la actualidad se implementa un proyecto de transferencia de tecnología para producción de habichuela financiado y supervisado por  del CONIAF y ejecutado por el IDIAF en Puerto Escondido,  Postrer Rio y La Descubierta, provincia Independencia. En el mismo, el cambio tecnológico propuesto es la siembra en hileras usando un caballo; reducción a la mitad de las semillas usadas tradicionalmente en la zona, aplicaciones de fertilizantes bajo un calendario establecido y control integrado de plagas y malezas. Bajo este nuevo esquema de producción se obtiene un promedio de 1.8  quintales (180 libras) por tarea comparado a 0.6 quintales (60 libras) por tarea, que es el promedio de producción  en la zona de influencia del proyecto. Hay que destacar, que algunos productores utilizando el mismo paquete tecnológico han obtenido de 2.0 a 3.2 quintales por tareas.  El “nuevo” concepto de producción aparte de utilizar menor cantidad de semillas para siembra (50%), también utiliza menos mano de obra en riego y control de malezas, y con ello se reducen los costos de producción.

Duplicar o triplicar los rendimientos de habichuela no ha sido un milagro, es el resultado de la transferencia de tecnología simple, nada del otro mundo. Resulta evidente, que lo que estaba faltando en estas zonas era la disposición de llevar a los agricultores la tecnología ya generada en habichuela y que de por sí es muy conocida en la provincia de San Juan.

Estos son ejemplos de productos tecnológicos que posee el SINIAF y de la misma forma podríamos puntualizar en arroz con el logro de nuevas variedades y estrategias para el manejo del vaneamiento, nuevas variedades de leguminosas comestibles (habichuela y guandul). El SINIAF ha entregado a los productores por intermedio del Ministerio de Agricultura las siguientes variedades de habichuela (frijol): Buena Vista, de color rojo moteado, de granos largos, tolerante a roya y al mosaico dorado; la variedad Jaconim de granos tipo Yacomelo (Cranberry); la variedad  Blanco San Juan y la DPC 40 de granos negros. De igual manera tres nuevas variedades de guandul a saber: IDIAF Navideño, sensible a foto periodo; IDIAF Primor, insensible a foto periodo, con habito de crecimiento tipo uno (determinado), de granos grandes aptos para enlatados;  y la variedad Arroyo Loro IDIAF, con características similares a la anterior pero de crecimiento indeterminado. 

Así, podríamos seguir describiendo productos disponibles en café, cacao, frutales y otros aportes del SINIAF sobre los cuales deben descansar los planes de reconversión agrícola para la República Dominicana. 

En el SINIAF  existen logros tangibles que han sido fruto de los trabajos de campo del personal del CONIAF, IDIAF, ONGs y de las facultades de agronomía y Veterinaria de las Universidades Dominicanas. Para garantizar la sostenibilidad del proceso, tenemos jóvenes dominicanos cursando estudios  de maestría y doctorado en universidades de los  Estados Unidos de Norteamérica, Alemania, Brasil, México,  Chile y Puerto Rico. Estos tienen compromisos contractuales y vendrán a fortalecer el Sistema de Investigación con nueva ideas y con el entusiasmo propio de una nueva generación que desea poner en práctica los conocimientos adquiridos para ayudar al desarrollo del proceso de reconversión productiva de República Dominicana.

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