Los arrecifes de coral tienen una importancia estratégica, aunque ocupan menos del 1% del lecho oceánico, ofrecen alimento y refugio al 25% de todas las especies marinas conocidas y sostienen una economía de la que dependen más de 500 millones de personas en el mundo (1).
Las formaciones coralinas son,
además, responsables de los principales procesos biogénicos de producción de la
arena que se deposita en las costas. Dado que el principal atractivo de la
industria turística son nuestras playas, el mantenimiento de estos ecosistemas
resulta fundamental para alcanzar la meta de 10 millones de visitantes, que se
ha fijado el Gobierno actual.
El aporte de arena de los corales
es posible gracias a la importante interacción con otras especies como los
erizos y peces herbívoros como los peces loro, que se alimentan de macroalgas y esponjas que suelen crecerles encima
impidiendo su normal crecimiento y desarrollo.
Los peces loro tienen unas
potentes mandíbulas con las que roen la superficie del coral. Esta acción
habilita un área dura donde nuevos corales se pueden establecer y prosperar
generando una extraordinaria sinergia ecológica que mantiene saludables a los
arrecifes.
Luego
de la digestión, los peces loro excretan los restos del coral en forma de
pequeños granitos de arena. Se estima que un solo ejemplar de pez
loro puede llegar a producir hasta 100 kg de arena al año superando así a
cualquier otro proceso natural de creación de arena. (2) No obstante, esta dinámica está siendo amenazada
por el aumento de contaminantes en el agua, el blanqueamiento de los corales y
la sobrepesca.
A
fin de atajar esta última fuente de presión, el Ministerio de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, observando su mandato legal de velar por la conservación y
uso de los ecosistemas costeros y marinos y sus
recursos, (4) prohibió mediante la resolución
0023-2017 (3), la captura y comercialización de las distintas especies
de peces herbívoros arrecifales[1] y erizos
así como sus productos derivados.[2]
Esta oportuna medida no solapa ni
transgrede las competencias del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura
(CODOPESCA)[3]. La veda del
Ministerio tiene por objeto mejorar la resistencia y la resiliencia de los
corales y preservar tanto la biodiversidad asociada, como la funcionalidad de
los servicios
ambientales derivados de estos ecosistemas.
Si bien, a lo inmediato, esta
decisión tiene un alto impacto socio económico sobre todo en la comunidad de
pescadores, se trata de una acción con miras a favorecer la sostenibilidad de
la pesquería, y por lo tanto asegurar su futuro. Es una decisión,
por lo demás, enfocada a respetar y conservar el capital natural que sostiene
la principal actividad de nuestra economía, el turismo.
Si se impide el maravilloso
trabajo que realizan los peces loro, los corales mermarían, reduciéndose
peligrosamente la cantidad de arena, acelerando la degradación de nuestras
playas. Esto afectaría de manera negativa la calidad de nuestra
oferta turística y por ende sobre los ingresos que genera. Si no se toman
precauciones, y esta situación se hace recurrente, el rubro turístico, tal como
lo conocemos, podría colapsar.
El turismo produce el 25% de las
divisas, articulando una quinta parte de la producción nacional; incide directa
e indirectamente sobre el 20% de los empleos (5) y, de acuerdo
al World Travel and Tourism Council, su aporte al PIB representa el
16,7% (6).
La salud de los arrecifes
de coral resulta estratégica para el medio ambiente costero, por lo tanto,
para el turismo de playa y por ende para la economía nacional. Hoteles,
restaurantes, y resto de empresas vinculadas a esta industria, al igual que
guías turísticos y demás personas relacionadas con este sector, deben apoyar de
forma consciente, expresa y activamente esta resolución, basada en el mejor
interés de alcanzar la sostenibilidad de nuestra biodiversidad y nuestra
economía.
Referencias
1. Ansede, Manuel. elpais.com.
[En línea] 12 de septiembre de 2016. [Citado el: 26 de junio de 2017.]
http://elpais.com/elpais/2016/09/11/ciencia/1473583456_116451.html.
2. Domínguez, Henry. faunadominicana.
[En línea] n/d. [Citado el: 30 de junio de 2017.]
http://faunadominicanard.blogspot.com/2016/04/pez-loro-o-cotorro.html.
3. Ministerio de Medio
Ambiente y RR. NN. http://ambiente.gob.do/. [En línea] 16 de junio de
2017. [Citado el: 13 de julio de 2017.]
http://ambiente.gob.do/transparencia/base-legal-de-la-institucion/resoluciones/.
4. Consell Insular de
Menorca. http://biosferamenorca.org/. [En línea] [Citado el: 27 de
junio de 2017.] http://playas.biosferamenorca.org/contingut.aspx?idpub=9450.
5. Linares, Héctor. elcaribe.com.do. Turismo;
base de la economía RD. online, 21 de septiembre de 2015.
6. preferente.com. [En
línea] 18 de mayo de 2013. [Citado el: 28 de junio de 2017.]
http://www.preferente.com/noticias-turismo-destinos/la-aportacion-del-turismo-al-pib-en-cada-pais-de-latinoamerica-239119.html.
7. Cerezo, Alvaro. [En línea] 02
de abril de 2012. [Citado el: 27 de junio de 2017.]
http://paradise.docastaway.com/es/playa-arena-blanca-proviene-excrementos-pez-loro/.
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