Por : Lic. Robert Núñez Cabrera,
República Dominicana
(ronuc@hotmail.com)
Dos cualidades
congénitas, que se nace con ellas, al parecer serán indispensables
en el perfil de quienes pretendan ganarse el favor de los dominicanos en las
contiendas electorales que se avecinan. La humildad y la sencillez parecen
marcar las apetencias de una población que espera un cambio real.
Cansados (los electores) de engaños y de mentiras, de emprender proyectos que terminan en desilusiones, cuando a quienes han apoyado, una vez encumbrados en el poder, se olvidan de ellos, no tienen mas salida que auscultar bien para escoger sus lideres sin dejarse influenciar de ilusiones, evitando decepciones que le cuestan tanto al país y retrasan vergonzosamente el desarrollo de la nación.
Tal es el caso de las
plantas de carbón que el gobierno ha iniciado, ahora hasta sus mas
enérgicos detractores están de acuerdo, después que su falta de visión, o su
inclinaciones a enriquecerse ante todo, le ha costado al pueblo
dominicano miles de millones de dólares.
Elijamos a
quienes nos gobernarán sin fanatismos, seamos cautos. Confucio decía que
había encontrado muy pocos hombres que refrendaran con hechos sus
palabras, lo que nos indica que no son muchos quienes obran de esa manera,
pero existen. Estas dos virtudes, la humildad y la sencillez, adornan a
los líderes verdaderos. Observe entre sus iguales y quienes
carezcan de estas cualidades descártelos inmediatamente, no se deje engañar
mas. Son muchos los que están y pocos los que son.
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