jueves, 26 de junio de 2014

NOCIONES BÁSICAS SOBRE LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

Por: César Matos, i.a., Msc
cesarmatosrd@yahoo.com
(publicado por primera vez en
www.desarrollolocalnoticias.blogspot.com)

TRANSGÉNICO
El diccionario de la Real Academia Española de Lengua, describe el término “transgénico” como: “(1. adj. Biol.) Dicho de un organismo vivo: Que ha sido modificado mediante la adición de genes exógenos para lograr nuevas propiedades”.
Podemos ampliar diciendo que se trata de una modificación dirigida del genoma de un organismo,  eliminando algunos genes (eliminando con ello algunos caracteres indeseados en el individuo –planta o animal-), para agregar otros genes que provienen de otro organismo vivo totalmente distinto (sea este una bacteria, un insecto, una planta o un animal). Genoma es el conjunto de toda la información genética de un organismo.
Los transgénicos se producen en laboratorios por
 medio de la alteración de la cadena de ADN  del
organismo. Se sustituyen unos genes por otros pro-
venientes de otro organismo que a veces no son ni 
de la misma especie, ni del mismo género, ...ni de 
la misma familia, ....ni del mismo reino.


LOS ORÍGENES DE LA GENÉTICA
La genética estudia los genes, y la herencia que éstos transmiten. Es muy difícil, a veces, establecer el origen de una ciencia, porque a la verdad el hombre ha venido tratando de descubrir cuáles eran las partículas (“genes”) responsables de transmitir los caracteres de los padres a los hijos, tanto en plantas como en animales, desde antes de Cristo.
Por mucho tiempo, para seleccionar los mejores prototipos de plantas o animales, el método científico consistía en observar el comportamiento de las poblaciones bajo estudio, y de ellas simplemente escoger las más sanas, las más fuertes, las de mejor apariencia, las de mejor tamaño, las que presentan homogeneidad en la maduración de los frutos, etc.

En cuanto a la genética sabemos que el gran salto se produce cuando Gregorio Mendel, a principios del siglo 19 descubre tres leyes fundamentales que rigen la herencia independiente de  caracteres genéticos que no están ligados en un mismo cromosoma. A partir de entonces la máxima manipulación o intervención del hombre para producir variabilidad genética (se refiere a la variación fenotípica producida producto de la recombinación de los genes) era cruzar el polen de una flor al estigma de otra flor de otra planta de la misma especie (cruzamiento intraespecífico, en el caso de plantas). Con ello se buscaba producir mayor variabilidad genética, para elegir los individuos más deseables en las siguientes generaciones.
Con los métodos convencionales de selección que todavía disponemos hoy día, podemos llegar a obtener una variedad mejorada (en plantas anuales como el arroz) después de 7 u 8 generaciones, la que luego se somete a observación en distintas pruebas regionales de producción y de resistencia a distintas condiciones de estrés (condiciones de suelo, agua, temperatura, respuesta al uso intensivo de fertilizantes, así como la tolerancia a la salinidad, plagas, enfermedades, etc).

Un gen es una cadena ordenada de nucleótidos. Los nucleótidos son moléculas orgánicas conformadas por una pentosa, una base nitrogenada y un grupo fosfato; en los nucleótidos están localizados los códigos de cada gen. El conjunto de todos los genes que caracterizan una raza, variedad o híbrido se denomina genotipo. Los genes se encuentran localizados en largas cadenas de ADN, enrolladas en pares en espiral, conformando los cromosomas. Aunque solo podemos ver los genes con la ayuda del microscopio electrónico, estos no solo son responsables de la apariencia de los individuos, sino que también son responsables de su comportamiento, de su capacidad para resistir distintas condiciones ambientales y de su potencial productivo. El fenotipo no es más que la manifestación del genotipo en determinadas condiciones ambientales. Es la exteriorización de las características genotípicas. Es el individuo tal como le conocemos: alto o bajo, fuerte o débil, productivo o estéril, negro o blanco, etc.

LA BIOLOGÍA MOLECULAR
Eso de quitar genes y agregar otros, en un organismo vivo,  es posible gracias a los descubrimientos de la biología molecular, que estudia las biomoléculas responsables de la transmisión de la herencia en todos los seres vivos: los ácidos nucleicos (que conocemos como ADN y ARN). Gracias a los avances de la biología molecular nace una ciencia nueva, conocida como la Ingeniería Genética, y gracias a esta ciencia se han desarrollado algunas biotecnologías: que es la ciencia aplicada para obtener materiales de siembra de alta calidad para la agricultura, obtención de productos farmacéuticos para distintas terapias génicas en humanos, así como para el mejoramiento del ganado porcino, vacuno, etc. El ARN es el encargado replicar el ADN para producir las nuevas células  como una proteína.

 Yo particularmente pienso que no está cabalmente demostrado qué consecuencias  podría acarrear para la salud el consumo de alimentos procedentes de plantas adulteradas,  cuyas células sintetizan al mismo tiempo  proteínas vegetales, de animales, insectos o bacterias; cómo podría afectar la calidad de vida  de las personas. Estamos en presencia de una planta que ha sido adultera en su naturaleza original como especie, sus características genéticas no se corresponden con el diseño original. Aún en la mecánica automotriz adaptar piezas de un vehículo Chevrolet en uno de la marca Toyota es algo muy difícil de hacer, aunque no imposible. Sin embargo hay que esperar consecuencias.

INGENIERÍA GENÉTICA
La base para el desarrollo de la Ingeniería Genética lo constituye la Bilogía Molecular. Gracias a la Ingeniería Genética se pueden estudiar los genes de manera detallada, y establecer regiones cromosómicas (para mapear los genes) de prácticamente todos los seres vivos. A través de los mapas cromosómicos se descubre cuáles son los genes que controlan determinadas características.

La ingeniería genética ha venido a ser la llave que abre los códigos secretos de los genes en los seres vivos. Esto quiere decir que podemos descubrir toda la información que está codificada en las cadenas de nucleótidos que conforman los genes,  en cada  cromosoma de cualquier organismo bajo estudio.
"En los últimos días el conocimiento se aumentará
(Daniel 12, 4), llegando el hombre a alcanzar prác-
ticamente todo lo que se propone".


Toda la grandiosidad de esta ciencia va más allá de lo increíble. Con la ayuda de la ingeniería genética se puede diseñar organismos vivos a la medida de las necesidades de quienes los encargan. Sin embargo quiero aclarar que, lo que Dios espera de los científicos es que estas tecnologías sean utilizadas para edificar un mundo mejor no para destruirlo, para traer la justicia sobre la tierra no para establecer nuevos modelos de esclavitud.

Lo delicado del accionar de la ingeniería genética es que hoy día, gracias a ella, ya se producen “organismos genéticamente modificados” (conocidos por las siglas OGM, en español).

LOS OGMs SE OBTIENEN POR MUTACIÓN DIRIGIDA
Los métodos más corrientes de alteración genética son la eliminación de un gen particular o su reemplazo por otro proveniente de otro organismo, sin importar si es de la misma especie o no,  o del mismo género o no. Estamos ante la realidad de que se están produciendo mutantes transgénicos con dirección expresa, dejando escaso margen a la casualidad. Así se pueden crear semillas de trigo resistentes a los pesticidas, papas que incorporan un insecticida natural, tomates que soportan bajas temperaturas, o frutas con una dosis extra de nutrientes.


El origen de los alimentos transgénicos lo descubrimos en la década de 1950, cuando algunas empresas norteamericanas irradiaban trigo (con rayos X, gamma, etc) para producir mayor variabilidad genética. Pero en su concepción moderna, es en el año 1992 que se produce el primer alimento genéticamente modificado, usando tecnología de manipulación genética a escala microscópica. En ese año la compañía norteamericana Calgene produjo el "Flavor Saver", un tomate al que se le agregó un gen que interfería con la producción de proteínas y así retrasaba la putrefacción.

Cualquier planta o animal cuyo material genético ha sido modificado por el hombre de manera intencional, sustituyendo parte de sus genes por otros que provienen de otro organismo, sin mediar ningún método natural de intercambio de genes es un mutante transgénico. El cultivo de estos híbridos, variedades o razas va a producir también una cosecha transgénica, y por tanto el alimento que se obtiene de ellos es transgénico.

LA BIOÉTICA
La bioética no es más que todo el conjunto de normas generalmente aceptadas, las cuales pretenden imponer determinadas fronteras a la aplicación de los avances de la investigación en el campo de la ingeniería genética, es un marco prudencial (que en cierta forma invita a los científicos a tener temor de Dios) para que los descubrimientos generados por la investigación científica no se reviertan causando daños a la sociedad, a la economía, a la salud, al ambiente,  a la biodiversidad, a los derechos  universales de los hombres, y a la seguridad alimentaria.

Para la aceptación definitiva de los alimentos transgénicos en el mundo hay paradigmas que habría que derribar, porque al parecer, a la luz de las técnicas de mejoramiento de plantas y animales que todos  aceptamos al día de hoy,  no sería ético manipular la naturaleza misma de un organismo. (Eso quiere decir que estamos en el umbral en que el hombre puede crear especies de plantas y animales a su conveniencia). Hay quienes consideran que este aspecto de la biotecnología viola el valor intrínseco de un ser vivo. Sin embargo para muchos bioéticos el aborto no viola el valor intrínseco de un ser vivo, que además es superior a todo otro ser vivo: el hombre. (Esto pone el derecho a tener o no un embarazo por encima del derecho a la vida: doble moral). Aunque coincido con ellos en que tal vez habría que confesarse primero con Dios antes de introducir genes de animales en organismos vegetales y viceversa (por ejemplo, existe una variedad de tomates con genes de salmón para hacerla resistente al frío). La ciencia debe servir al hombre para determinar, también, la conveniencia de cambiar los diseños de Dios en los seres vivos (eso es sabiduría).
 
Clonación y diseño de genes.
Me pregunto cómo sería la reacción (cien años atrás) de la opinión pública frente a la obtención de híbridos y variedades (en plantas y animales) que hoy conocemos como aceptables, pero que entonces no se concebían. Cuando yo era niño, en mi pueblo, al mulo se le consideraba inmundo porque provenía del cruzamiento de dos especies distintas. Sin embargo, a nadie se le hace difícil hoy día aceptar la existencia del mulo como parte de nuestra fauna doméstica. Ese paradigma fue derribado. Al final el mulo ha sido muy útil y Dios no condenó el mundo por ello. Mayores han sido sus fortalezas que sus debilidades.

Hoy el desafío de la ingeniería genética es mayor. Pero si sé  que hoy,  como lo fue ayer en el Huerto del Edén, Dios no va a interferir en nuestra libertad. La libertad que Dios nos dio no fue para dañar la creación que recibimos en herencia, sino para prosperar la tierra en que vivimos.

Al producir OGMs a través de la ingeniería genética, estamos acelerando los tiempos en que podemos obtener prototipos deseables, eficientes y que cumplan con las expectativas y las demandas de una población creciente. Estamos ante el papel creativo del hombre (que Dios creó). El hombre es la imagen de Dios (Génesis 1,26). Y de hecho somos la imagen y semejanza de Dios también en ese aspecto (podemos crear, ninguna otra creatura lo puede hacer).

Solo una cosa hay que tomar en cuenta, desde el origen del universo, a partir de la Gran Explosión, cuando el creador ordenó que se hiciera la luz (Génesis 1,3), Dios ha tenido la responsabilidad de poner orden donde había caos. El orden, entonces, habla de la presencia de Dios en la creación. Quiere decir que la imagen de Dios (el hombre) tiene la responsabilidad, ante la sociedad globalizada, de que los nuevos avances de la ingeniería genética no traigan caos (desorden) a la sociedad, a la economía, al medio ambiente, a la salud y a la seguridad alimentaria de las naciones.

Como buenos creadores hay que establecer reglas claras que no se puedan violar. Que pueda comprobarse y demostrarse en los laboratorios, que el consumo de alimentos transgénicos no va a producir efectos secundarios tanto en humanos como en animales, que no se darán alteraciones en el sistema endocrino de los seres humanos a consecuencia de su uso cotidiano, como ha sucedido con el uso de ciertas hormonas usadas para engordar pollos, o para alimentar el ganado de leche y carne.
Es deber del Ministerio de Agricultura y del Ministerio de Salud establecer reglamentos claros, a través de la legislación existente,  que nos permitan de manera soberana proteger la salud de los dominicanos, estableciendo condiciones muy claras sobre la explotación de los OGMs.

OTRAS DUDAS E INTERROGANTES
¿En manos de quiénes estará la seguridad mundial de las cosechas?. ¿Serán solo algunas compañías las dueñas de las patentes de producción y comercialización de las semillas que provienen de OGMs?. ¿Qué pasará con todo el resto de la biodiversidad genética que conocemos?. Estamos en la antesala del control mundial de la producción de alimentos?. ¿Acaso el anticristo ya está listo para establecer el gobierno mundial?. Estas preguntas parecen chifladas, pero no, los avances acelerados de la ciencia y la tecnología (Daniel 12,4) confirman las verdades inmutables que la biblia ha venido mostrando ayer, hoy y siempre.
La conveniencia de los transgénicos tiene que ser probada y demostrada, pues el hombre al separarse de Dios (desde la desobediencia en el huerto, Génesis 3,6) no tiene la certeza de todas las consecuencias que acarrea manipular la creación sin tomar en cuenta al creador.

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CESAR MATOS
-Es Ingeniero Agrónomo, M. of Sc. En Agricultura, graduado del Instituto Superior de Agricultura del Kubán, Krasnodar, Ex URSS (hoy Universidad  Agrícola Estatal del Kubán).
-Fue Encargado de la División de Mejoramiento de Arroz del Centro de Investigaciones Arroceras –CEDIA-, Juma, Bonao, República Dominicana.
-Actualmente es Presidente de la Asociación Dominicana de Ingenieros Agrónomos.
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