Por:
Ingeniero agrónomo José Moreta
(jmore4710@gmail.com)
“Sólo mueren los que se olvidan “ (Dr. P. J. Jiménez Rojas)
Nació el 7 de octubre de 1948 en La Vega. Era hijo del señor
Eligio Mercado y de la señora Rafaela Cabral; son sus hermanos Eddy M. Cabral
Mercado y Rosalba Cabral Mercado. El padre murió siendo sus hijos muy pequeños,
por lo que la madre tuvo que esforzarse y sacarlos hacia delante con la ayuda
de un familiar.
Máximo inició sus estudios primarios en el colegio Serrano de La Vega donde recibió reconocimientos por ser un estudiante meritorio. Completó sus estudios secundarios en el Liceo Don Pepe Álvarez de la Vega donde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias Físicas y Naturales en el año 1966, con honores académicos y por ello recibió reconocimiento del Casino Central de La Vega.
En sus años de adolescencia y juventud temprana fue muy
amante de los deportes y siguiendo una costumbre de la época del béisbol
romántico coleccionaba las postalitas de los peloteros de la época en la década
de los años ‘60. También practicaba el ajedrez y fue en su niñez miembro del
cuerpo de Boy Scouts en La Vega.
En 1967 emigró a la ciudad de Santo Domingo y se matriculó en la Facultad de Ingeniería Agronómica y Veterinaria de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), gracias a la ayuda de un familiar que para entonces también era estudiante de medicina, quien le pagaba la pensión donde residía en la capital, hasta que pasó a residir en la “Pensión de Estudiantes” auspiciada por la Asociación de Estudiantes Veganos de la UASD. Pertenecía a una generación de bachilleres que en todo el país aprovechó la apertura que se produjo en la UASD, a raíz del Movimiento Renovador que abrió las puertas de la academia a los hijos de la clase media baja, a la posibilidad de alcanzar una carrera universitaria.
Máximo inició sus estudios primarios en el colegio Serrano de La Vega donde recibió reconocimientos por ser un estudiante meritorio. Completó sus estudios secundarios en el Liceo Don Pepe Álvarez de la Vega donde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias Físicas y Naturales en el año 1966, con honores académicos y por ello recibió reconocimiento del Casino Central de La Vega.
Máximo Andrés Cabral Mercado. |
En 1967 emigró a la ciudad de Santo Domingo y se matriculó en la Facultad de Ingeniería Agronómica y Veterinaria de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), gracias a la ayuda de un familiar que para entonces también era estudiante de medicina, quien le pagaba la pensión donde residía en la capital, hasta que pasó a residir en la “Pensión de Estudiantes” auspiciada por la Asociación de Estudiantes Veganos de la UASD. Pertenecía a una generación de bachilleres que en todo el país aprovechó la apertura que se produjo en la UASD, a raíz del Movimiento Renovador que abrió las puertas de la academia a los hijos de la clase media baja, a la posibilidad de alcanzar una carrera universitaria.
Este talentoso joven participó en forma activa en el
cogobierno de la universidad en representación de la Escuela de Agronomía. Fue
monitor (ayudante de profesor) y se graduó con los máximos honores académicos
“Summa Cum Laude”, en la Cuarta Promoción de Ingenieros Agrónomos 1967/1974.
En sus años universitarios Máximo fue miembro activo del Frente Estudiantil Flavio Suero que operaba en la universidad, por cuya razón fue apresado en varias ocasiones por la “Banda Colorá”, formada por contrarrevolucionarios que operó durante el régimen de los 12 años del Dr. Joaquín Balaguer.
En sus años universitarios Máximo fue miembro activo del Frente Estudiantil Flavio Suero que operaba en la universidad, por cuya razón fue apresado en varias ocasiones por la “Banda Colorá”, formada por contrarrevolucionarios que operó durante el régimen de los 12 años del Dr. Joaquín Balaguer.
Máximo fue un hijo ejemplar, hermano inolvidable para los
suyos y un amigo sincero. Todo el que tuvo la oportunidad de tratarlo le tomó
mucho cariño, dada la nobleza de su espíritu, presto a ayudar de manera
desinteresada a los demás y, sobre todo, a sus condiscípulos. Sus compañeros de
aulas podíamos acudir a él, como joven de inteligencia superior, pidiéndole su
colaboración y ayuda para analizar y entender cotidianidades del quehacer
académico.
Su asesinato ocurrió en circunstancias muy confusas y nunca
fue posible que las autoridades pudieran establecer las causas de su horrendo
crimen ocurrido el 30 de agosto de 1976, cuando iba a cumplir a penas 28 años
de edad. Su primer empleo al graduarse lo obtuvo en la Empresa Falconbridge
Dominicna. Luego pasó a la Secretaría de Estado de Agricultura donde ingresó en
mayo del 1975, después de haber formado parte de un selecto grupo de
profesionales de la ingeniería agronómica y la economía que debieron aprobar un
riguroso entrenamiento para luego ir a constituir en todo el país, las Unidades
Regionales de Planificación y Economía (URPE), en las 7 Regionales
Agropecuarias existentes hasta entonces. A Máximo le tocó ir a la URPE de la
Regional Agropecuaria Suroeste en San Juan de la Maguana junto al equipo
técnico que acababa de formarse.
Algunos meses antes
del asesinato había sido ascendido a un puesto de mayor compromiso, en el
ámbito de la planificación agropecuaria nacional con asiento en Santo Domingo y
debía viajar continuamente coordinando trabajos entre las Direcciones
Regionales Agropecuarias, Suroeste en San Juan, Sur en Barahona y Este en
Higüey. Es en ese contexto que Máximo se trasladó a San Juan, en el fin de
semana previo al día fatídico de su muerte, donde habíamos quedado sus amigos y
compañeros de trabajo y compartió con nosotros en diferentes actividades
sociales, ignorando él y sus amigos que lo rondaba la sombra de la muerte
provocada, según la creencia de algunos, por los asesinos del régimen de los
doce años.
Las circunstancias de la muerte de Máximo nunca fueron
esclarecidas; siempre estuvo envuelta en un manto oscuro. Sus compañeros
siempre creyeron que se debió a razones de índole política, en momentos en que
la intolerancia y el descontrol social y político se manifestaban en el país. No
obstante, también se barajaron (voz populis) otras hipótesis de las
motivaciones del asesinato que no llegaron a ser investigadas, ni nunca
aclaradas. Entre esas hipótesis se destaca aquella que atribuía su asesinato a
que había presenciado un dudoso accidente de un famoso general de la época y
que perdió la vida en el tramo carretero de “los cuatro vientos”, en viaje de
regreso de Barahona a Santo Domingo. La otra hipótesis, y la que tuvo mayor
nivel de investigación, fue la que se vinculó a aspectos sentimentales
relacionados entre él y una joven sanjuanera.
Muchas voces se alzaron junto a su familia en protesta y
reclamo por el esclarecimiento de la muerte de este ejemplar joven profesional,
que apenas contaba con 27 años al momento de su vil asesinato. Fue la
Asociación Nacional de Profesionales Agrícolas (ANPA), a la cual él pertenecía
y que dirigíamos entonces, la que con mayor energía y decisión exigió durante
varios años a la policía nacional, al ministerio público de entonces y a la
opinión pública en general, el esclarecimiento de la muerte de Máximo Andrés
Cabral Mercado, para que capturara a los verdaderos culpables y estableciera su
culpabilidad ante la ley.
El periódico Listín Diario publicó en la página 4, el lunes primero de septiembre de 1980, un llamado de exigencia de las familias Cabral Mercado y Cabral López al Procurador General de la República y al Jefe de la Policía de entonces, conminándolo a esclarecer el caso. También publicó el Listín Diario una poesía a Máximo Cabral , que se la dedicó su compueblano Vegano y compañero de trabajo en San Juan de la Maguana, el Agrónomo Santiago Peña Castro, la cual expresa el sentimiento de indignación y al mismo tiempo de amor y respeto de la clase agronómica nacional por el compañero asesinado.
El periódico Listín Diario publicó en la página 4, el lunes primero de septiembre de 1980, un llamado de exigencia de las familias Cabral Mercado y Cabral López al Procurador General de la República y al Jefe de la Policía de entonces, conminándolo a esclarecer el caso. También publicó el Listín Diario una poesía a Máximo Cabral , que se la dedicó su compueblano Vegano y compañero de trabajo en San Juan de la Maguana, el Agrónomo Santiago Peña Castro, la cual expresa el sentimiento de indignación y al mismo tiempo de amor y respeto de la clase agronómica nacional por el compañero asesinado.
A 37 años del horrendo asesinato de Máximo Andrés Cabral
Mercado, sus familiares, de quienes era soporte y esperanza, sus amigos y
compañeros que compartieron con él las aulas universitarias y el ejercicio de
la profesión, lo recordamos con cariño, admiración y respeto. No valieron los
esfuerzos desplegados para que los verdaderos culpables respondieran en la
cárcel por ese vil crimen, el cual como otros tantos cometidos durante la “Era
Fatídica de los 12 Años” del Dr. Balaguer, quedó impune.
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