sábado, 14 de septiembre de 2013

INDUBAN: INVESTIGACIÓN, DESARROLLO E INNOVACIÓN

El pasado miércoles 11 de septiembre la ADIA fue invitada a participar en un día de campo en Hato Mayor. Nos preparamos para un día sin grandes expectativas, a excepción de poder ver en ese día  (una y otra vez) las imágenes del 11 de septiembre del 2011.
En la fotografía parte de los participantes que estuvieron en el día de campo.


EL DÍA DE CAMPO DEL I.A.D. EN HATO MAYOR
Ascendiendo a las estribaciones montañosas de Hato Mayor, pasamos por un sector llamado Manchado, donde hay un asentamiento del IAD inactivo , un área de montaña (con alturas inferiores a los 500 msnm) que antes se dedicaba al cultivo tradicional de café y cacao, los cuales hoy día no tienen ninguna importancia económica para esa provincia. Siguiendo la ruta, a quince minutos de esa localización nos encontramos con una finca modelo con un perfecto diseño arquitectónico, con áreas dedicadas a la investigación y producción, además de las edificaciones para oficinas administrativas. Esa es la finca de los Perelló, o Café Indubán, como le reconocen los lugareños. Se trata de 1,100 hectáreas en donde se investiga y desarrolla la tecnología más moderna para la producción de café dominicano de alta calidad, a pleno sol, con el objetivo de suplir la demanda nacional y penetrar los mercados externos con el aromático grano.
En la fotografía: Francisco Yeris. Cultivo: café robusta brasileño, edad 2 
años.

César Matos junto a Cándido Vargas, ex-Director del IAD, observan el desa-
rrollo de plantas de vivero de café robusta, desarrolladas por clonación.


EL FUTURO DEL CAFÉ DOMINICANO
La finca de los Perelló, en Hato Mayor,  es tal vez una de las inversiones más innovadoras e inteligentes que se lleva a cabo en el país. En la misma se han definido 3 frentes de siembra, con los que se espera poblar de café 118 mil tareas del aromático cultivo, con una inversión superior a los 400 millones de pesos.

Hay tres variedades en proceso de validación para explotar en escala comercial: Coffea robusta tropical (conocido como café Conilón, brasileño), el robusta balear (puertorriqueño) y el robusta nativo (cuyo rendimiento promedio es de 30 libras/tarea). Las plantaciones tienen entre 6 meses y 2 años. En vista de las dificultades que se han enfrentado para traer semillas de calidad de la variedad brasileña, los agrónomos encargados de producción (el ingeniero Soto y Cirilo Beltrán) se han visto en la necesidad de multiplicar las plantas en vivero mediante la clonación del material ya adaptado en el campo.

Con la actual tecnología de cultivo, se permite el desarrollo de 4 ejes por planta. Ya a los dos años se obtiene la primera cosecha comercial, en comparación con el café tradicional que tarda cuatro. En los campos con dos años de edad, pudimos observar que la carga de fruto verde proyecta un rendimiento de 4 quintales/tarea, que en comparación con el promedio nacional lo supera en más de un 1,300%. En el café robusta se hace una sola recolección del grano, gracias a que la cosecha puede esperar a que maduren todos los granos. Esto le concede una ventaja comparativa con respecto al café arábico donde hay que aplicar varias recolecciones porque el fruto es dehiscente. 

CAFÉ ARÁBICO VS. CANÉFORA

La planta del café
a planta del café, el cafeto, especie “coffea”, familia “rubiaceae”, existe como arbusto o como árbol (4-10 metros de altura). Lo especial de estas plantas tropicales es que pueden dar al mismo tiempo brotes y frutos (“cerezas de café”) de distintos grados de madurez. El grano de café tal y como lo conocemos es la semilla del cafeto. Dentro de los frutos que recuerdan cerezas se encuentran dos semillas respectivamente, juntados por sus lados planos. Las semillas están revestidas de una pielecita y de una membrana mucilaginosa. Hay más de 80 clases de café, de las cuales por aquí dominan sobre todo dos.

Coffea arabica
El café arábigo es la clase más antigua, se considera la más fina. Es más aromática, menos amarga y más baja en cafeína. La vaina es alargada y ampliamente acuñada. El café arábigo madura en nueve a once meses. Su participación en el comercio mundial asciende a más del 60%. Se cultiva en primer lugar en el Brasil, en Colombia y en Centroamérica.

Coffea canephora (Robusta)
“Robusta” contiene el doble de cafeína que el café arábigo y es menos aromático. Es más resistente contra el calor, las enfermedades, incluyendo La Roya, y los parásitos. Su grano es más bien redondo y la entalladura recta. Madura en seis a ocho meses. Su participación llega casi al 40%. Las zonas donde se cultiva son sobre todo África Central y Oriental, el Sudeste de Asia y Brasil.

Condiciones de cultivo
Hoy en día, el café se cultiva casi en todas partes a lo largo del ecuador. Después de la siembra pasan tres o cuatro años hasta la primera recolección. Un cultivo se puede explotar durante 20-30 años, según las condiciones de crecimiento y el cuidado. Un clima variado, alternativamente húmedo y seco, es ideal. Las plantas necesitan mucho sol y mucha lluvia. Temperaturas bajo cero destruyen las plantas de café. El café arábigo se da mejor a alturas de 600-2000 metros y a una temperatura de 15-24°C, Robusta a 200-900 metros y a 24-29°C. Las altiplanicies tropicales mejoran el aroma, ya que allí, el café crece y madura más despacio.

ADIA RECONOCE APORTE DE INDUBAN
Los campesinos asentados en Manchado, así como los profesionales que fuimos de visita al día de campo quedamos muy impresionados.  

La ADIA felicita el acuerdo entre el Director General del IAD, el ingeniero agrónomo Alfonso Radhamés Valenzuela, y la firma INDUBÁN, mediante el cual los campesinos recibirán un aporte inicial de 100 mil plantas de café robusta, para la siembra  de 500 tareas en el proyecto de reforma agraria  de Manchado. INDUBAN no solo hará el aporte de las plantas, sino que les transferirá la misma tecnología de cultivo, para garantizar los mismos rendimientos de la finca modelo y la misma calidad.


Con este aporte de INDUBAN los campesinos esperan, en alianza con la compañía, desarrollar nuevamente una  actividad económica que por tradición generaba importantes ingresos para los campesinos de la zona: La Caficultura.

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