Por: César Matos, i.a., Msc.
(cesarmatosrd@yahoo.com)
NUESTRA SITUACIÓN HOY
A propósito de la lucha que libran los profesionales agropecuarios
por un justo aumento salarial, la ADIA (Asociación
Dominicana de Ingenieros Agrónomos) ha organizado importantes jornadas-talleres
para presentar a los ingenieros agrónomos dominicanos la Nueva Visión que tiene el gremio
para el ejercicio de nuestra profesión, y el plan de acción para reinsertar a
nuestros asociados bajo distintas alternativas de ejercicio independiente de la
agronomía. Estos últimos encuentros se han llevado a cabo en lugares tan
remotos como las Zonas Agropecuarias de
Jimaní y Neiba, en las provincias Independencia y Bahoruco.
Encuentro-taller con ingenieros agrónomos en la Zona Agropcuaria de Jimaní: El Profesional Agropecuario en el Siglo XXI (13 de septiembre 2013). |
Hasta la fecha del día en que escribo este artículo, el incentivo
más deseado para cualquier profesional agropecuario dominicano que ejerce en el
sector público es que le otorguen una
pensión privilegiada, porque de otra manera nunca lograría tener un salario de
35 mil pesos. Para eso hay que alcanzar la edad de jubilación o tener algún
impedimento de salud que lo califique para ese “privilegio”. Dios nos libre!!.
A partir del 1º de enero del 2014 es muy posible que la pensión ya
deje de ser la fruta prohibida en el
jardín de los profesionales agropecuarios, pues sin lugar a dudas el presidente
Danilo
Medina mejorará considerablemente los salarios en este sector. Muchos
colegas, acostumbrados a los bajos salarios del sector público, se pinchan la
piel porque todavía no creen que esto será posible.
Encuentro-taller con ingenieros agrónomos de la Subzona de Galván, Neyba: El Profesional Agropecuario El Día Después del Aumento Salarial (23 de sep- tiembre del 2013) |
LOS NUEVOS PARADIGMAS PARA EL SIGLO XXI
El profesional agropecuario formado en las universidades entre los
años 70 y 90 tenía una formación de amplio perfil. Fue diseñado como una pieza
clave para los servicios de extensión y la asistencia técnica en beneficio de
los pequeños y medianos productores rurales, incluyendo los productores de la
Reforma Agraria. El Estado era el
principal promotor del fomento agrícola, cuyo objetivo principal era suplir a la población con alimentos a bajo
costo.
Este profesional se hizo a si mismo altamente dependiente de un
salario pagado por el Estado, lo que al final de cuentas impactó de manera
negativa su economía, pues no existe todavía un sector privado con una oferta
importante de puestos de trabajo para agrónomos. Y para que se tenga una idea
de lo generoso que es el sector privado creando empleos en el sector agropecuario,
les cuento que estuve en un importante proyecto en desarrollo de una
prestigiosa firma dominicana, y solo tenía dos agrónomos. Esa nueva finca tenía
una extensión de 100 mil tareas.
Está claro que el gobierno lleva
solo la carga (al menos en República Dominicana) en la difícil tarea de
inventar fórmulas para crear nuevos empleos. El sector privado está más
enfocado en la acumulación de beneficios en las cuentas de unos pocos dueños.
La mayoría de ellos tienen pendiente la asignatura “Desarrollo Económico con
Responsabilidad Social”. Desde luego, consideran solo de ellos
los logros económicos conseguidos en base a toda clase de incentivos,
exenciones, privilegios y exoneraciones concedidos por el Estado.
El perfil que se demanda más hoy día es el de un profesional
especializado en tecnologías agrícolas (el tecnólogo). Les estoy hablando de un
profesional formado para servir a las demandas del mercado, no a las
necesidades del sector campesino (como era en el pasado). No se necesita que
tenga mucha formación humana, ni que conozca mucha historia dominicana, no
tiene que ser un actor crítico ni que le interese la política ni la lucha de
clases.
Estos cambios se han venido dando en el medio rural, y al
profesional agropecuario del sector público se lo ha ido relegando a la
condición de burócrata sin funciones. Y ante esta situación la ADIA ha lanzado
una ofensiva para convertir al ingeniero agrónomo en un empresario o consultor
con capacidad para ofrecer sus servicios
técnicos y profesionales a productores y empresas de manera individual o
asociado.
Otra posibilidad que promueve la ADIA consiste en impulsar grupos
de profesionales emprendedores que puedan ofrecer sus productos y servicios de
forma competitiva a otras empresas dedicadas a la producción agropecuaria.
En todo caso, la ADIA ha iniciado un programa a lo interno para
incubar, apoyar y promover el desarrollo de iniciativas empresariales para sus
profesionales; de modo que puedan asegurar su realización personal más
allá del día de la pensión o del día del aumento salarial. Pues todos
sabemos que “El Día Después” los salarios comenzarán a devaluarse
nuevamente por efecto de la inflación que afecta a todos los países cuyas
economías son dependientes de Estados Unidos. Todos los organismos financieros
internacionales (que en el fondo son agencias de promoción del neoliberalismo) promueven
el desarrollo de los países de la periferia del sistema basándose en la
devaluación permanente de sus monedas.
CONCLUSIÓN
La mejor manera que tiene el profesional agropecuario de
vincularse con los productores, los campesinos y otras organizaciones e
instituciones del sector, es ofreciéndoles productos y servicios con la calidad que ellos
los necesitan, de forma eficiente y competitiva. Con ello borramos la vieja
imagen y creamos la nueva; nos convertimos en un aliado estratégico para el
desarrollo de sus empresas, al tiempo que recuperamos nuestro prestigio y rol en
el tejido social de nuestro territorio: volver a ser actor imprescindible en la
planificación local.
importante que esta visión sea aprendida por los profesionales agropecuarios miembros de la ADIA. Debemos estar conscientes que "En el día después" del aumento salarial volverán al círculo vicioso del salario devaluado, de hambre y de miseria de esta clase profesional. Entender Que con la Nueva Visión se promueve el desarrollo de iniciativas empresariales que asegure su desarrollo personal, familiar y profesional.
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